Su nombre más antiguo fue Kalamary, la aldea Caribe que luego fue ocupada por los conquistadores, quienes en un breve momento de transición la llamaron San Sebastián de Kalamary, una fusión entre el nombre aborigen y el primer nombre dado por los españoles, que hacía referencia al 20 de enero, considerada durante mucho tiempo como fecha de la fundación de la ciudad.

Pero el nombre que más ha prevalecido a lo largo de toda su historia ha sido el de Cartagena de Indias, cuyo origen tiene diversas hipótesis, pero ninguna demostrada documentalmente. En 1575, la Corona española ratificó este nombre otorgándole Título de Ciudad y un poco después el siguiente título honorífico de “Muy Noble y Muy Leal”, además de su Escudo de Armas ya descrito, por cuyos símbolos fue conocida también como la Ciudad de la Cruz y los Leones.

Aunque no se ha podido establecer en que momento se bautizó formalmente como Cartagena, de hecho este nombre es un homenaje a la ciudad de Cartago de la antigüedad. Cartago Nova, Cartago Nea, Nueva Cartago o Cartagena. Para diferenciarla de la Cartagena del Levante en Murcia, la nuestra se llamó Cartagena de Indias.

Durante el auge comercial de su puerto en los siglos XVII y XVIII, el Puerto y la Plaza Fuerte de Cartagena fue considerado como Llave y Antemural de las Indias, al igual que otras similares del Caribe, por el papel estratégico que jugó en la geopolítica de la Corona en el Caribe.

Durante la independencia y por haber sido inmolada durante el Sitio de Morillo de 1815, que ocasionó la muerte de más de la mitad de su población, el Libertador la llamó Ciudad Heroica, uno de sus títulos más conocidos en la actualidad. Y en el siglo XIX, cuando llegó al extremo de su crisis hasta quedar reducida a una ruina monumental, como gran homenaje a la nostalgia de sus glorias pasadas fue rebautizada como Corralito de Piedra, el nombre más romántico de toda su historia.

En 1984 fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial y por esa razón recibió el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. A su turno, por la ley (falta el dato), el gobierno nacional le ha conferido el rango de Distrito Turístico y Cultural, el más reciente título de toda su historia.